EL BLOGG DEL GRUPO LITERARIO TARDES DE LA BIBLIOTECA SARMIENTO SE ACTUALIZA PERIODICAMENTE DESDE EDL AÑO 2008. GRACIAS POR VISITARNOS.

Desde 1958 trabajando por la cultura en Traslasierra. Desde 1962 realizando anualmente el Encuentro internacional de Poetas más antiguo y con mayor continuidad del mundo. Desde 2001 realizando semanalmente el Café Literario del Grupo Tardes.

Si llegó hasta aquí de alguna manera, mágica, extraña o googleando lea el instructivo o manual de navegación o si quiere ver la actualidad del grupo y el último post o publicación clickee aca:

http://grupotardesdelabibliotecasarmiento.blogspot.com/

ESTE SITIO SE ACTUALIZA PERIODICAMENTE

INSTRUCCIONES PARA NAVEGAR EN EL BLOG del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento:

El blog del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento tiene más contenidos de los que muestra en su pantalla inicial al abrir la página. En la pantalla principal usted vera 5 entradas o posteos o publicaciones. Al llegar a la última que se muestra puede clickear donde dice ENTRADAS ANTIGUAS verá las 5 entradas, posteos o publicaciones anteriores. Puede seguir así y llegará hasta la primera publicación del blog.

A la derecha en la barra lateral (Sidebar) Usted verá el menú ETIQUETAS. Ahí están ubicadas las categorías de los textos publicados, si usted quiere ver poemas de un determinado autor miembro del grupo, busca su nombre, clickea ahí y se le abrirán los trabajos de ese autor, si busca textos o imágenes relacionados con el Café Literario solo clickea en Café Literario. Si busca textos relacionados con el 48º Encuentro Internacional de Poetas, clickea en esa etiqueta o categoría. Si no le mostró todo lo referido a esa categoría al llegar al final encontrará que dice ENTRADAS MAS RECIENTES, PÁGINA PRINCIPAL Y ENTRADAS ANTIGUAS. Debe clickear en ENTRADAS ANTIGUAS y le seguirá mostrando mas entradas o post con respecto al tema que busca.

A la derecha , se encuentra un BUSCADOR, usted puede ingresar ahí el nombre del poema, o texto, o un verso, o autor que busque y le mostrará en la página principal el material que tenga el blog referido a su búsqueda. Debajo del Buscador del Blog encontramos el Menú ARCHIVO DEL BLOG en el cual se muestran los Títulos de las entradas o textos publicados del mes en curso, como así también una pestaña con los meses anteriores en la cual si usted clickea en ella verá los títulos de las entradas publicadas en determinado mes, si le da clic verá dicha entrada y asi año por año y mes por mes.

Puede dejar comentarios en cada entrada del blog clickeando en COMENTARIOS al final de cada entrada. El blog es actualizado periodicamente, pudiendo encontrar nuevos textos, fotografías, poemas, imágenes etc...

Gracias por visitar este lugar.

Sitio del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento y su actividad cultural, desde el 1 de mayo de 2008 en la web. Manteniendo vivo el legado Oscar Guiñazú Álvarez, para que no se pierda su obra y continúe en el tiempo.Apuntamos a la continuidad como el mejor homenaje a Don Oscar y su obra para que sea algo indeleble a través de los años.Realizamos el encuentro de poetas mas antiguo del mundo, cada año, desde 1962 en forma ininterrumpida nos encontramos en poesía y amistad en Villa Dolores, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Todos los jueves llevamos a cabo el tradicional Café Literario, un lugar de encuentro para escritores y lectores. Oscar Guiñazú Álvarez nos dejó en 1996. Y como la institución era él, a quienes quedamos nos costó mantener el fuego. Hoy el Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento trabaja intensamente por la cultura. Quienes hemos heredado aquella antorcha, tenemos el honor y el desafío de hacer que su fuego siga brillando.





Una noche Leonardo Dellepiane

 Fotografías del Café Literario del Jueves 27 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Mario Torres. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.


Una noche

Para algunos
mala suerte
Te cruzaste
frente a mi
Gata negra
buena suerte
Me atreví
me acerque
Animalito perdido
te acercaste
Pocas palabras
tenias sed
Te adopté
solo una noche
Quizá
tu dueño esperaba
Tal vez
a mi también
Te acaricie
gata
Ronroneaste
animal
Parecías salvaje
me arañaste
Con tus garras
te enganchaste
Gritos
Maúllos
Me dormí
Te dormiste
Al día siguiente
Tu dueño
Regresaste
Al día siguiente
Mi dueña
Regrese.


Leonardo Dellepiane





Fotografías del Café Literario del Jueves 27 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Mario Torres. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.


La noche como un rio, Mario Torres


  Fotografías del Café Literario del Jueves 27 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Mario Torres. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.



La noche como un rio

A veces
La noche como un río
Diezmado por voces
Agua fluyendo sin motivo
Palabras que se olvidan
Temblor rielando
Suspiro
Mario Torres


 Fotografías del Café Literario del Jueves 27 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Mario Torres. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.

Menta, Adrián Salagre

Menta

Verde
abre el día
.............fulgura.
Verde,
clama silencioso,
................el beso.
Verde,
..............el seno
miope del tiempo.

Verde,
el pensamiento,

.................espera.
Verde,
calladamente,

..................habita.
Verde,
............mi imagen,
........................goza.

Adrián Salagre

Qué deseas que sea, Carlos Frissolo




Qué deseas que sea
Cuando ya sea grande
Pregunta mi niña
Desde sus pocos años
Miro sus ansiosos
Y reconozco sus ansías
¡Sé feliz hija mía!
Lo demás no importa
Nada


Carlos Frissolo

Noche cercada, Alejandro Nicotra




Noche cercada

1

Cuando se apaga el grito del mundo,
¿eres el hueso de rocío y de hielo
en que sopla la muerte?
¿O carne, luz de carne,
apenas tocada
por la sombra de una mano de árbol?

Desnuda abres y cierras todo círculo,
luna en su halo
vuelta, muriendo, al alba

2

Noche cercada, amor,
¿cuándo salta tu instante
de lomo curvo y zarpas con fiebre
sobre los párpados de la piedra?

Sólo el ascua del ojo perverso
lo denuncia

¿Cuándo saltarás,
furia montés?

Nadie más sabe
que el corazón inerme
la mordedura de tu llama mortal,
fúnebre en su cueva de ceniza.


Alejandro Nicotra


El niño que escribía de noche, Alejandro Nicotra


Susana Cabuchi y Alejandro Nicotra, en Biblioteca Córdoba

El niño que escribía de noche


El niño que escribía de noche,
hurtando luz,
no ha muerto.


Ahora consciente de la infamia,
vuelve, sin embargo, como un otoño
y reitera su crimen.


Sabe, en el resplandor solitario,
que toda página es una almohada que grita,
y que la noche observa
por todos los vidrios.

Alejandro Nicotra

Susana Cabuchi y Alejandro Nicotra, en Biblioteca Córdoba

LA MUERTE VERDADERA, Waldina Medina

LA MUERTE VERDADERA

Endurecí mis ojos para que ya no vieran
más pobreza
acallé mis oídos para que ya no oyera
más dolor
mutilé mis esperanzas para que ya no hablara
más Justicia
emparedé mi alma para que ya no amara
la Verdad
y cuando así maté lo más hermoso
me hice duro caucho
que no sonrió, no amó, ni siquiera lloró
mi propia muerte
porque la merecía


WALDINA MEDINA – HONDURAS

Patria, Waldina Medina

PATRIA

quí tenemos el corazón sellado a miedo y lodo.
Con el helado espanto de res en matadero
vemos como mutilan a la patria
y asesinan sus sueños
desde siempre
hijo mío, desde siempre
esta hilacha de patria que queremos
porque nos engendró el barro de su dolor
es la cosecha diaria del bandido
y en las aguas sangrientas del dinero
mueren de hambre los hijos de los hombres
y pululan en paz los asesinos.

Pequeño mío,
pájaro florecido del dolor,
cuando a usted le toque ser un hombre
¿cómo será la patria?
¿hoguera enardecida, fuego fatuo?
¿será mejor usted
de lo que nosotros hemos sido?.

WALDINA MEDINA – HONDURAS

Argumentos, Wilma Borchers

ARGUMENTOS


Desdibujas mis palabras y le das un color diferente.

Tuerces puentes, causes, esquinas,
Cedes el paso a los fantasmas
tras semáforos de luces amarillas.

Me vistes de espantapájaros
y escondes mi tiara en tu bolsillo,
El zapato de cristal ya lo empeñaste
y el anillo pierde su oropel de baratija.

Me escupes el rostro con enajenaciones,
Esgrimes la demencia:
Y el único argumento surge si te interrogan mis pupilas.

Déjame con mis naufragios consanguíneos,
Déjame la rémora deteniendo el avance del latido.

Ya no busques la sombra del mascarón que fui hace siglos,
Ni ese horizonte que desperfiló el viento,
No busques; no podrás encontrar lo que fuimos.
Wilma Borchers, Concepción, Chile del Libro Liturgia del Estrago.

VERDADERAMENTE YO, Ana María Vieira

VERDADERAMENTE YO

1

Me soy de luna
y agua
Estrella ardiendo
al fondo de un espejo
Amasijo que sueña
el viento
y lo lleva
y lo trae
en remolinos

Me soy de interrogantes
incompletudes
plenitud del alma
cuando despierto
en el otro
y veo en su rostro
la huella del mundo
el dolor del mundo
el amor del mundo

Me soy entonces
aroma de pinares
cerca del mar:
un poco más humana
tal vez un poco niña
o un poco más perdida
como el pozo sin muros de Pessoa

Pero siempre
siempre

de luna
y agua

Ana María Vieira, La Florida, Santiago, Chile

Madrigalesca, Osvaldo Guevara




 Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.

Adrian Salagre


Madrigalesca

Tus ojos hacen fuego
con las lloviznas del otoño.

Tus pasos
con las sandalias de la primavera.

Tu voz
con las aguas alegres del verano.

Si hicieran juego
tu mirar
tu andar
tu hablar
con mis inviernos…
Osvaldo Guevara de Sin pena en la palabra 2008


 Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.



Cantata del Abuelo Algarrobo, Antonio Esteban Agüero



Cantata del Abuelo Algarrobo, Antonio Esteban Agüero

I Parte
Padre y Señor del Bosque,
Abuelo de barbas vegetales,
Yo quisiera mi canto como torre
para poder alzarla en tu homenaje;
no el canto pequeño de la flauta
dulce, delgado, suave,
la de cantar la rosa y la muchacha,
sino el canto del mar; un canto grave,
con olores de vida y con el pulso
musical y viviente de la sangre.
Algarrobo natal. Abuelo mío.
Hace mil años la paloma trajo
tu menuda simiente por el aire
y la sembró donde Tú estás ahora
sosteniendo la Luz en tu ramaje
y la Sombra también cuando la noche
en larga lluvia de luceros cae.
Así naciste. Cuando tú crecías
la región era bosque impenetrable,
con oscuros guerreros que danzaban
junto a los juegos al caer la tarde,
y con nombres diaguitas en los ríos,
sobre todas las bestias y las aves,
en cada hierba, sobre cada cerro,
una tierra sin mapas ni ciudades,
donde dioses sedientos presidían
el cortejo y el rito de la sangre
que vertían pintados hechiceros
para aplacar las cóleras solares.
En tiempo aquel la arena numerosa
que festonea las playas litorales
ignoraba las máscaras de proa,
las amarras y el ancla de las naves,
sólo sabía de los pies desnudos
y de la huella digital del ave;
era cuando los ríos conducían
lentas piraguas sobre remos suaves
mas no la ambición del maderero
que asesina al futuro en el obraje
y convierte en silencio de moneda
la rumorosa fiesta de los árboles;
por ese entonces, mientras Tú crecías,
algarrobo natal, Señor y Padre,
la tierra nuestra en libertad vivía
hacia todos los rumbos cardinales,
desde el país del Ona y la Ballena
hasta el infierno vegetal del Cáncer,
desde el prado que el Ceibo ruboriza
a la región que señoreaba el Huarpe,
sin conocer ejidos ni parcelas,
ni muro torpe o codicioso alambre,
donde el hombre y la bestia convivían
estrechados por lazos fraternales,
y la Luna era Quilla y el Sol Inti,
el día joven y la noche grande.
Así creciste, un día y otro día,
hacia abajo y arriba, penetrante,
con las raíces cada vez más hondas
y la copa más alta y dominante,
en crecimiento que fue dura guerra
sostenida y ganada a cada instante
contra el viento del Sur y la sorpresa
del rayo azul y su puñal tajante,
contra el cierzo de julio que traía
los rebaños de nieve trashumantes,
contra la sed en el ardor de enero,
cuando gentes y plantas implorantes
alzan ojos y hojas a las nubes
por si las nubes sus entrañas abren
y la lluvia se vierte generosa
en licor de celestes manantiales.

Pero ya Tú eres lo que ahora miro
¡Algarrobo natal, Señor y Padre!
con estos ojos que el amor habita
y los otros secretos de la sangre:
un árbol rey, un árbol sólo, el Árbol
sin edad en el tiempo y en el aire,
a cuya sombra hace doscientos años
a favor de un designio inescrutable
se fundó mi casona solariega
sobre honrada simiente de linaje.



II Parte

FRANCISCO ANTONIO se llamó el hidalgo
natural de La Rioja y heredero
de los varones de Castilla clara
que las tierras del indio redujeron
y alegraron de hispanas fundaciones
lo que antes fuera soledoso yermo;
hombres enjutos, con la tez morena,
valiente espada y corazón de hierro,
que llevaban el nombre de María
bordado sobre encaje y terciopelo
y el rampante león en la bandera,
pero también sobre la flor del pecho.

Cómo me gusta imaginar los ojos
de aquél mi casi legendario abuelo
y su larga emoción inexpresada,
o expresada tal vez por su silencio,
ante la copa de tremantes brazos
sola y enorme bajo el puro cielo,
sostenida por tronco milenario,
con su forma y color de paquidermo,
donde los años eran llagas ocres
y los siglos arrugas en el leño.
Él quedaría con los labios mudos,
tal como carta que mantiene el sello,
con los ojos en alto y en los ojos
la liviana humedad del sentimiento
cuando el alma es un arco que se estira
y sube y crece y ya no cabe dentro.

El construyó la casa solariega,
casi a la par del algarrobo viejo,
con la greda que nutre las raíces
y con el arte del mejor "hornero".
Casa de barro. Luminosa casa.
Antiguo hogar de mi primer abuelo.
En ti quiero cantar la artesanía
y saludar al regional ingenio
que ha poblado de casas la comarca,
casas que son como el materno suelo
levantado en hogar para refugio
del hijo fiel a su destino adverso:

La saludo en el barro original
que alienta en todo cuanto cubre el cielo
y que un día entre días nos ofrece
propicia almohada para el hondo sueño;
la saludo en la cal y su belleza
que llueve luna sobre muros nuevos;
la saludo en la vara y la cumbrera
que son la firme trabazón del techo;
la saludo en la eterna geometría
que conocen el ave y el insecto;
la saludo en la azuela y el martillo
y en el serrucho de cortar el leño;
la saludo en la arena silenciosa
y en la zaranda de metal o cuero
que la mece en vaivenes uniformes
como la madre a su guagüita tierno;
la saludo en la paja popular
que cobija en verano y en invierno
y silencia las voces de la lluvia
y es como quena cuando corre viento;
la saludo en el ángulo preciso,
en la cuchara de sonoro acento,
en la ley vertical de la plomada,
y en el fletado de desgaste lento;
la saludo en la llave y la falleba
y en cada clavo de orinoso hierro;
la saludo en la intima burbuja
que es como el alma del nivel perfecto;
la saludo en el grillo cotidiano,
ángel oculto bajo oscuro insecto,
que deja oír su cuerda en los rincones
donde la araña desenvuelve velos;
la saludo en la lámpara bendita
que derrama su luz como consuelo;
la saludo en la rústica fragancia
de arcones hondos y de pan moreno;
la saludo en la Rueca y en el Huso;
la saludo en el agua y en el fuego.

Francisco Antonio se llamó el hidalgo
fundador del linaje solariego
y constructor de la ruinosa casa,
cuyo apellido es el que yo conservo
y procuro llevar tan limpiamente
como se lleva un burilado espejo
para rostro de rey o de paloma
a través del camino polvoriento...



III Parte

Padre y Señor del Bosque.
¡Catedral de los pájaros!

Voy a decir el nombre de los seres
que visitan tu cielo entrelazado,
con la alegría de alabar amigos
y la emoción de recordar hermanos:
sea el primero la Calandria pura
que provoca la luz desde su canto,
y ama a la luz como los niños ciegos,
la cigarra estival y los lagartos;
y el Hornero vestido de estameña,
con su traje de monje franciscano
ágil maestro que enseñó a los hombres
esas artes clarísimas del barro;
y la Urpila de cuello femenino,
un si es o no es tornasolado,
donde tiene su asiento la ternura
con su gemido dulcemente cálido;
y la Urraca de ingenuo vocerío;
y la Torcaza del amor cristiano;
y la leve Chirigua mañanera
que se levanta con el sol, cantando;
y el Loro verde y la Cotorra verde
que conocen idiomas olvidados;
y el Cardenal y su orgulloso porte;
y la llaga del Pecho colorado
de quien dicen los viejos en la noche,
ante corros de niños provincianos,
que el Chingolo lo hirió con su cuchillo
allá por los tiempos del milagro;
y el Chingolo, social y comedido;
y el Run-dún, ese diamante alado,
que conduce las cartas de las flores
cuando aquellas se escriben en verano;
y el Zorzal de enlutada vestidura,
siempre de pie sobre los gajos altos,
evocando una ardiente melodía
en su pequeño corazón de piano;
y el Carpintero, de bonete grana,
que martilla tu leño centenario
cual si buscase apasionadamente
el alma oculta y vegetal del árbol;
y también la viajera Golondrina
que conduce un mensaje perfumado
con los pinos del Norte y las palmeras
y las olas del golfo mejicano;
y el Reimoro de azules albornoces,
príncipe azul sobre la paz del campo,
trinador excelente que domina
registros de tenor y de soprano;
y la Viudita de color de nieve,
con el borde del ala ribeteado
de severo negror, que nadie mata
pues la custodia su dolor callado;
y el Cachilote, cobarde ladronzuelo,
y sibarita de yantar holgado,
que perfora los bellos huevecitos
para beberles su interior dorado;
y el Crespín con su drama misterioso,
y su persona de fantasma trágico,
que acidula las mieles del estío
con la amargura de su largo llanto;
y el Halcón de los ojos avizores,
la pradera y el monte dominando
que es en sí mismo vibradora flecha
guerrero cruel y puntería de arco.

Y los otros, los pájaros nocturnos,
que nos miran con ojos afiebrados
y poseen la clave del Amauta
para leer los Quipos del presagio:
digo el Lechuzo de mirar insomne,
ante cuyo chillido destemplado
la joven madre se persigna y reza
y la amada se vuelve hacia el amado;
digo el Colcón que pone en tus ojivas
sugerencias de coro gregoriano
y también un horror de brujerías
en el silencio de su grito mágico;
y el Atajacaminos, melancólico,
que viene y va como los fuegos fatuos
y suspende el respiro en la garganta
del jinete que pasa y el caballo;
y el Alicuco, que presiente el agua,
y que suele imitar en los bañados
la traslúcida tecla de las ranas
y el cristalino clavecín del sapo;
y otro pájaro más, otro nocturno,
por nadie visto pero sí escuchado
hacia el filo y la flor de medianoche,
cuyo nombre se dice: Piscu-Yaco.

Algarrobo natal. Abuelo nuestro.
¡Catedral de los pájaros!




IV Parte

Yo quisiera los plásticos pinceles
y la marea musical del órgano
para pintar y describir el árbol
de la manera que lo ven mis ojos,
con la exacta figura que devuelven
los callados espejos del asombro.

Uno camina por sendero agreste
hacia la hora en que la luz de oro
inclínase rosada hacia poniente
y el aire es como un río rumoroso
navegado de esencias campesinas
-hierbabuena cordial, poleo tónico-
con mugidos de bueyes invisibles,
claros cencerros, gallos melodiosos,
voceríos de pájaros, rumores
de rurales faenas, lento coro
de las cigarras en las copas verdes,
súbitos vuelos, piquillines rojos,
la lanceolada esgrima de las cañas
en los maizales de verdor jugoso,
y la madre-montaña que vigila
todo el país desde su azul remoto.
El sendero prosigue, serpenteando,
túnel de sombra, caracol terroso,
con la verde sonrisa de la recta
y el arbolado ensueño del recodo
hasta dar en un claro de silencio
donde nos crece la emoción de pronto,
pues delante se yergue la presencia
imperial y total del Algarrobo.

Ocres raíces surgen de la tierra
como animales de encrespado lomo,
sosteniendo la torre milenaria
toda construida en material leñoso.

Siete gañanes por la mano unidos,
catorce niños cuando forman corro
y se enlazan en rondas infantiles,
apenas pueden abrazar el tronco.

Y es su corteza como piel de saurio
cuando emerge cubierto por el lodo,
y también como el tacto de la dermis
del megaterio que murió leproso.

El ramaje se inserta complicado
Y se tiende en un gesto poderoso
como brazos que buscan impotentes
una cosa que asir en el contorno.

Viejas ramas que son como tentáculos
de oscuro pulpo; miembros musculosos
de yacente dragón o dinosaurio,
de araña enorme o encantado monstruo.
Yo podría contarlas, si quisiera,
una por una y apagar mis ojos
con la venda y el frío de la cifra,
pero prefiero contemplar gozoso.

Y decir que la sombra que derrama
como lluvia de paz el Algarrobo
puede cubrir una pequeña plaza,
proteger un rebaño numeroso,
cobijar una tropa de carretas,
y un regimiento con vivac y todo.

Y gustar la fragancia indefinible
que nos circunda totalmente como
si ella fuese una túnica fragante
que nos ciñera desde el pie a los hombros;
claro olor de las ramas sumergidas
en el mar de la luz olor del oro
entre las bayas y su miel madura,
agrio olor de sus pájaros hermosos,
divino olor de su millón de hojuelas,
olor de estrellas y de cielo solo,
dulce olor nacional de bosque nuestro,
olor del verde y su misterio umbroso,
noble olor a resina de madera,
olor de sol en la vejez del tronco...

Ah, yo quise los plásticos pinceles
y la marea musical del órgano
para pintar y describir el árbol
de la manera que lo ven mis ojos,
pero no tuve nada más que esto:
el verso gris y el remontado asombro.



V Parte

Ahora canto la Dicha que derramas
¡ Algarrobo natal, Abuelo mío!
sobre la gente que a tu vera vive,
en todo tiempo, con calor o frío,
ora sea en la pausa del otoño,
ora en la fiesta del frutal estío.

La primera la Dicha de tu sombra,
clara limosna de perenne abrigo,
donde es grato sentarse en la mañana
o por la tarde, con el mate amigo
que serena las olas de la frente,
alimenta la flor del optimismo,
nos enseña a vivir con esperanza
y nos vuelve cordiales y tranquilos.

Sombra del árbol, transparente sombra,
casi impalpable como un velo fino
o la leve caricia de la nube,
o la queja que fluye en el suspiro,
algo tan puro, delicado y manso
como el sueño de un pájaro dormido
o la entraña del agua en la vertiente
y cuyo elogio me estará prohibido
mientras yo sea nada más que un hombre
y no posea un corazón de mirlo.

También canto la Dicha de los frutos
sabiamente enrulados y amarillos,
que por enero cuando el día extiende
su bandera solar sobre los nidos
tórnanse dulces, con dulzor silvestre
de roja miel de camuatí escondido.
Vainas de oro, pan de la pobreza,
don de los cielos, misterioso trigo,
alimento de bueyes y caballos
y golosina de los niños ricos.

Nombro el Patay, de granuloso gusto,
que se elabora según modo antiguo:
machacando la fruta en la conana
y traspasando por cedazo fino;
nombro la Aloja, refrescante y rubia,
que se guarda en un cántaro rojizo
a la hora más alta de la siesta
para que acendre su fragante frío;
nombro la Añapa, de beber con leche,
que engorda a la madre y al chiquillo.

También digo la Dicha de la leña
que es en el fuego acontecer divino
y revive la flora deslumbrante
que alegraba el jardín del Paraíso:
el fuego azul, el fuego rojo, el Fuego
que posee las llaves del Estío
y levanta a la muerta Primavera
de entre los hielos de cristal pulido.



VI Parte

Padre y Señor del bosque.
Abuelo de barbas vegetales.
Algarrobo Natal. Torre del cielo.
Monumento y estatua del follaje.
Hijo del Sol y la Tierra unidos.
Corona real para la sien del aire.
Árbol de luz. Espejo de los siglos.
Dios vegetal de corazón fragante.
Así yo quiero terminar la Oda,
Asistido por Ángeles del Canto:
Algarrobo natal, Abuelo nuestro,
¡Catedral de los Pájaros!


Cantata del Abuelo Algarrobo, Antonio Esteban Agüero




Dos poemas de la noche, Carlos Gómez Chapanay


Dos poemas de la noche

I

Eres,
la figuración de la noche
que me mira por tus ojos.

En la penumbra,
mi tacto te convierte
en carnal alabastro pulido.



II

Mimbre y retama,
agua enamorada
cubriendo mis heridas.

En la seda de tu cuerpo
se han perdido mis manos.

Cuando te vayas,
la noche florecerá en tus sandalias.

Carlos Gómez Chapanay



Vestal, Teresa Gómez Atala


Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.


Vestal
Desnuda y solitaria
blanca vestal
que pasas silenciosa
sobre la ciudad dormida.

Fanal de la noche
hechicera
musa.

El insomne, aguarda
tu diáfano perfil
(Resplandor que sostiene el aire)
para vencer
sus fantasmas sombríos.
Tu ojo alerta
velará su sueño.

Teresa Gómez Atala

Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.

Placer, Adrián Salagre


Placer

Saldré a buscarte
lleno de motivos y suspiros
con mi cuerpo infinito
al amanecer, en la noche
en los sueños y en los sentidos.

El encontrarte es rozar
la pureza de la vida
y el evitar la muerte.

Mi cuerpo, sólo un puente
que no comprende
la grandeza de tu alquimia eterna.

Porque eres:
luz para los ojos
música para los oídos
dulzura para los labios
química para la piel

Y ya en tu dicha
razón y deseo
para el amor,
para la vida.

Adrián Salagre


Plaza, Alejandro Nicotra




 Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.



Adrián Salagre

Plaza

Enredado en la trama de las calles
zumba el corazón su agonía.

(¿Y ésta será tu muerte?)

Hay una plaza: frondas.
Y una fuente en el centro de la plaza.

¿Qué dice el agua cuando sube
y cae
sobre el agua? ¿Una hoja
a otra hoja?

Hay una conversación interrumpida.

(¿Y has de morir de nada,
de silencio?)

Alejandro Nicotra




 Fotografías del Café Literario del Jueves 20 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Mujer y coordino la velada Laura Ligorria. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.


Mario Torres y Lalo Arguello

Paisaje, Rafael Horacio López



Paisaje

Penetro en el paisaje
ligeramente verde
un algarrobo
una higuera
el corazón marino
de algún sauce.

Me abren sus puertas.

Todo me hace pensar
que los hombres
estamos destinados
a soportar
las ojeras de un atardecer
la revoltosa agonía
en el corazón del viento
el sudor que nos castiga
desde los primeros tiempos.

Recojo el mensaje y me dejo llevar
por el paisaje ligeramente verde.

Rafael Horacio López
Villa Dolores

Mi duraznero, Juan Vergara



Mi duraznero

Volcando su hermosura en derredor
su rama y su fulgor todo de rosa
tan suave natural y deliciosa
que deleita ofreciendo su candor.

Generosa su flor es la primera
pétalos y corolas bien armadas
cautivan con su encanto las miradas
y nos dicen, yo soy la primavera.

En su ciclo rosado y luminoso
de color deja el suelo al transmutarse
y su fruto se asoma presuroso.

Ya crece para estar antes de enero
regalando un bocado apetitoso
¡Cual preciado bendito duraznero!.



Juan Vergara
Villa Dolores

Solar, Osvaldo Guevara


Solar
Sobre el cuchillo
del viejito que pela una naranja
la mariposa
se posa y balancea.

Sonríen
el cuchillo
la mano sarmentosa
la naranja.

Sonríen las arrugas.

La mariposa
vuelve a volar
sonriendo.
Osvaldo Guevara

Floraluz, Mónica Fornés


Floraluz
Aureola de luz,
beso en el agua…


La luna…
                   pezón azucarado,
escarcha
sus dulzuras
en la noche.


Corola lunaria
florece
             sus fases
en infinita danza.

Mónica Fornés




Mis Raíces. Damia Zambrano Mendoza


Mis Raíces

Soy sudamericana
tirgueña
mestiza
quemada por el sol de mis ancestros.

Soy campesina, como tú quieras
de arcilla y de barro
de la costa y de los andes
y también soy
del exhuberante y fértil Amazonas.

Amo con mis pies y con mis manos,
con mis ojos y con mi sangre,
Amo con mis venas y toda mi escencia.

Orgullosa de mi tierra
soy simplemente mujer
con geografía ecuatoriana.
Damia Zambrano Mendoza




Por el camino real... Gerardo Molina

Por el Camino Real...
Por el Camino Real iba mi padre
-silbo en los labios, luz en la mirada-
prestancia campesina, gentilhombre
en otro tiempo de pasión y hazañas.

¡Y era linda mi madre! Como un sueño
de esos que al despertar pueblan el alma
de infinitos celajes de ternura
como una intensa y única alborada.

Iba mi padre, silbo entre los labios,
por la tarde que crece -azul y gualda-
de perfumes intensos. El labriego
va redondeando el seno de las parvas.

En azules regiones de misterio
aún vagaba mi alma
para alumbrar, al fin, cuando el lucero
recompone la música del alba.

Y allí cerca nací, con un destino:
noviado del amor y la palabra,
romero impenitente
y pródigo en la vida y en las aulas.

Con un rezo en los labios se ha dormido
mi madre. Y, dulce novia, su mañana
teje en un sueño de jazmín y estrella
y de un sencillo hogar junto a la chacra.

Por el Camino Real vuelve mi padre
y en su silbo acrecido de esperanzas
el alma, toda miel, aflora y ríe.
Un silencio de estrellas le acompaña.
2006.

Gerardo Molina

Que se haga la luz, Wilma Borchers




Fotografías del Café Literario del Jueves 13 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Locura y coordino la velada Ana Lauricella. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.


QUE SE HAGA LA LUZ

¡Qué majestuosidad la tuya,
Qué grandilocuencia!

Vocablos de cariño y lumbre,
Sílabas para recostarse en la delicia,
Sonido de agua incandescente.

¿Cómo exorcizar aquel idioma
difundiendo plenitudes,
Vaticinios donde habría de tenderme?

Degollaré los girasoles que sembraste,
Quemaré la flota de tus dedos,
Pondré mercurio en tus carótidas y
estridentes violines en tus venas.

La valija con que comercias dice : FRÁGIL,
Y es sólo un simulacro que traslada
cizallas, despuntes de astros moribundos.

Persigues con tus binoculares y
tus gigantescos observatorios
el delicado candil de otra incauta.

Ojalá para ti se conciba la luz,
Ojalá se confunda tu pupila
y mires el sol al revés de los catalejos.


Wilma Borchers, Concepción, Chile

Fotografías del Café Literario del Jueves 13 de Noviembre de 2008, en el patio de Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La Locura y coordino la velada Ana Lauricella. Ilustrando el encuentro fotografías de Leonor Bellón y dibujos de Adrián Salagre.



Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento. Más de medio siglo en poesía

A RAÍZ DE NUMEROSAS CONSULTAS QUEREMOS EXPLICAR QUE TODOS LOS POST QUE FUERON SUBIDOS AL BLOG ESTÁN DISPONIBLES A PESAR DE QUE NO SE MUESTREN O SE ENCUENTREN EN LA PAGINA PRINCIPAL. PARA BUSCARLOS PUEDEN HACERLO POR INTERMEDIO DE LA SECCIÓN ARCHIVO DEL BLOG AHI LOS ENCUENTRAN POR AÑO Y MESES RESPECTIVAMENTE. “ETIQUETAS” O "CATEGORÍAS DE TEXTOS PUBLICADOS", O BAJANDO POR LA PAGINA HASTA LLEGAR AL ÚLTIMO TEXTO QUE SE VE Y DONDE DICE ENTRADAS ANTIGUAS DAR CLICK AHÍ SUCESIVAMENTE Y SE CARGARAN TODAS LAS ENTRADAS HACIA ABAJO HASTA LLEGAR AL PRIMER ARCHIVO SUBIDO.

Dejaron sus huellas