SONETO III
Sobre el duro cristal de la ventana
con su mano gozosa la morera
escribe que la niña primavera
se desnuda en el sol de la mañana.
Levánteme, salí, gocé la sana
brisa dulce de loma y de pradera,
y entonces con angustia verdadera,
gritó mi verde voz, la franciscana:
-¡Hoy no quiero morir! Con este clima
de joven sol, de flor y de jilguero
¿Cómo desear la soterrada sima?-
-¡Hoy no quiero morir! ¡Hoy solo quiero
vivir para mirar la luz encima
del redondo rubor del duraznero!
Antonio Esteban Agüero, de Poemas Inéditos,Edic. Crisol, Bs As, 1978.