Yo pescador
Bajo la tarde de aire espeso y breve
cimbro mi caña y el anzuelo tiro
adonde el agua en mórbido retiro
se embosca insomne como un saurio aleve.
Asechante el instinto, el alma leve,
como una vena mi silencio estiro.
Pienso en sordina, como en clave aspiro
y ni la tarde a pestañear se atreve.
El corcho late. Monologa el hilo
un vibrátil rencor de olfato en celo.
Y ahora el aire breve es como un filo.
Y escapa el pez azul -chispa de cielo-
y mi alma en alto es una caña en vilo,
pero mi instinto, abajo, es un anzuelo.
Osvaldo Guevara