Refundación
En el momento en que digas;
en tu lugar elegido;
o donde tenga sentido
esperar la eternidad;
allí donde la verdad
se funde con mil intrigas...
Será de noche o de día;
en la noche más cerrada;
o en la fría madrugada;
tal vez un día soleado
bajo un cielo despejado
que excite la fantasía.
O allá donde el viento norte
barre el suelo sin cesar
sin que puedan descansar
las criaturas del señor
y la más pequeña flor
muere sin hallar consorte…
Allá donde arrecia el mar
con olas de espuma y sal
con figuras de cristal
siempre golpeando salvaje
lanzándose al abordaje
a la tierra por domar.
O en una gentil pradera
en bucólicos jardines;
en tierra de Serafines
donde no existe el dolor;
viviendo el sutil calor
de una eterna primavera…
evocando el juramento
de aquella feliz mañana
que ahora se ve lejanas
cuando el mundo parecía
sólo sueño y fantasía;
mística de un sacramento…
allí, libre de temor…
esperando al sol naciente
como un viejo combatiente
robusteceré mis votos;
allí, sin miedos ignotos…
refundaré nuestro amor.
Federico Servando Rodriguez
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