Todo trabajo es honesto,
si al trabajar entregamos,
el alma y el corazón
y con amor lo soñamos.
El trabajo es un deber
pero también un derecho,
pues si falta en nuestro haber
es una daga en el pecho.
Si hasta Jesús trabajó
ayudando a San José
aún siendo el hijo de Dios
también carpintero fue.
De mis padres lo mejor
que en su herencia me han dejado,
es mostrarme con ejemplos
todo su amor al trabajo.
En mi trabajo yo fui
una obrera en la colmena
dándoles miel de cultura
a los niños de mi escuela.
Si hasta Jesús trabajó
ayudando a San José
aún siendo hijo de Dios
también carpintero fue.
Isabel Corrao Santos, Quilmes, Buenos Aires, Argentina.