Madrugada del treinta de enero
dos treinta y dos.
Silencio.., todos duermen en la casa.
Siento sin cesar el ulular del viento,
van y vienen las voces...esas voces...
no entiendo...escucho...silencio...
¡Regresan!... ¿qué?...no entiendo...
Se alejan...vuelven... ¡están aquí!...
Es más intenso el ulular del viento...
¿Qué me quieren decir?...
Siento su presencia... ¡No me dejen!...
¡No se vayan!... Silencio...
¡Vuelven!...jYa vuelven!...
¡Están aquí!
Marta Falco, Canelones, Uruguay