I
Déjame dibujarte…
Poner tres puntos suspensivos en tu frente
Y dos interrogantes en tus ojos.
Déjame dibujarte…
Hablar entre líneas de tu boca
Que juega sortilegios
De tus labios, destrazar las comisuras
Y quedar al final prendido del carmín
Que brota incendiando tu sonrisa.
Retirar las estrellas que apagan
Ocultar las arrugas que se ciernen
Y no hablar con pintura
De los senos que tiemblan a tu paso.
Olvidar las caderas que mórbidas se mecen
Al compás del tacón que grita tu perfume
Meditar en el sexo dormido en la entrepierna
Y a su influjo dejar el aislamiento.
Déjame dibujarte…
Hundir las manos en la noche
Y llevar los puños cerrados a tus ojos
Y guardar en la caja de pandora
La tormenta que se rompe
Sobre el bosque fantástico de muerte.
Déjame dibujarte…
Con dedos ágiles recorrer tu figura
Y abrir el cielo a mi lenguaje
Y cerrar tus ojos al desmayo de las sombras…
Roberto Reséndiz Carmona. De, LA NOCHE RUEDA DEL TINTERO
Primera Edición 1985. Num. De Pág: 26,
Portada Antonio Canales, Ediciones Marginales Signos.
Prólogo: Ramon Gil