BUSCÁ A LA PATRIA
Libre la plaza volaba sus pañuelos
y los paraguas paraban despotismo.
El cabildo cabildeaba su premura
por las libres provincias de aquel río.
Era de plata aquel río, era de plata,
y de oro el corazón del pueblo mío,
que quería saber y no sabía
que la respuesta tardaría siglos.
Nublado era aquel cielo revoltoso,
revolución fue el grito de los libros,
y empanaditas calientes en el patio
de la escuela con sol, y ahí en tu libro
aquel cabildo tan abierto por ser libre,
y la llovizna humedeciendo ese latido.
Llovía en tu cuaderno, y en los años
las canciones fueron otras, y los ríos...
Tantos feriados y ninguna fiesta
para sacar del corazón el grito...
Vuelven tus ojos a la plaza vieja,
y están las viejas con foto y pañuelitos,
que no vuelan, pero ciñen la memoria,
rodeadas de palomas (que son hijos).
Los paraguas hoy sólo paran agua,
el río se enturbió de tanto olvido,
tu escarapela ya no ríe en mayo
tu guardapolvo no vibra con el himno.
No quiere el pueblo saber, porque ya sabe
que la respuesta ha demorado ríos...
Tantos feriados y ninguna fiesta
para sacar del corazón el grito...
Buscá la Patria en el cuaderno, el portafolio...
¡En algún miedo se quedó aquel grito!
Buscala acá en la plaza o en el surco,
en la casa de tus viejos, en tu hijo,
buscala porque es tarde y no hay respuesta,
y están los chocos mordiendo sus tobillos.
Buscá a tu Patria, si querés ser grande,
¡En algún lado se quedó aquel grito...!
Miguel Angel Ortiz