Café Literario del Jueves 10 de Mayo de 2012, en Quo Vadis Café, Sarmiento 341 (Al lado de Tribunales), Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La pasión y coordino Elena de Mattos
Organiza Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento
Gestual despojo
Leonardo Vergara
(1)
Ni la más pequeña y extraña de las bestias
arrastrando entre sus dientes
sus patas hacia la guarida de una reina,
ni un átomo inespaciable del mítico universo
podrían mirarte
sin huir ante tu belleza por ese instante.
Ni las indestructibles ramas de los álamos
conteniendo al mismísimo Céfiro
ni la despedida de un amante muerto
serían tan intensos como el sabor
del deshojarse de los pétalos traslucidos de tu cuerpo.
Ni habrá encanto más mágico
que la realidad de tocarte en la vigilia
de un mortal tenerte y ensoñarte.
Cómo poderte ojos de pregunta,
cómo no caer preso de esta temible libertad
de pensarte siempre
queriéndote siempre
como si nada bastara
sólo el presente.
(2)
Quédate miserable racimo de tiempo
mientras maduran los instantes
déjame probar tu amargo sabor a pasado
no basta este presente escaso.
Que te quedes inmaduro amor soleado
que te quedes, ya no me reconozco solo.
Quédate salada piel de durazno
aun no me importuna el latir de tu pecho
aun es tu aire rescoldo de mi aliento.
Que te quedes paloma blanca
casi sobran los mensajes,
que te quedes siniestra nostalgia
has tornado un buen caníbal
a este dulce fruto del mal.
(3)
Demora tu presencia aunque la angustia,
aun el agravio del incontenible,
déjame mirar en la distancia injusta
déjame grabar tu figura en esta cosecha derramada.
En este escurridizo antro de locura,
roza el sigilo la curva encarnada de la sombra de la luna ausente
déjame crearte
me tortura la insistencia del sexo apresurado
que se queden tus formas en el valle blanco esperándome
que se desate el nudo negro del cielo
que se caiga esta tierra
hacia las oscuras nubes
ni sentiremos las yagas en los dedos
y abrigaremos las heridas en el aire.
(4)
Ni el calor de tu fuente o el roce de tu instinto
harán mas profundas las arañas sangrientas
que traza la fiebre
ni opacará el indeleble contorno de tu cuerpo apagado
ni la brutal gracia de la sombra de tu pelo
al brillo cálido,
a la paz desasosegada
que germina en el sereno fulgurar de tus silencios.
(5)
Ni la necesidad del roce
[o el rasguño
ni la claridad en el azul eclipse
ni el susurro [insoportabledel sonar mudo del eco de tus besos
tus besos secos,
tus besos tiernos
reciba todo el abrazo del fuego
ni arderá y arderemos
aunque se quede el mundo,
aunque sobre tiempo.
(6)
Ni será necesario dormir
[para soñarte
ni esperar por aguardarte
ni el hastío del amor callado,
ni el saber nada de la fiesta de tus vellos,
ni ver temblar tu cuerpo en el infernal cielo.
Ni ver plegarse tus labios luego de exhalar el secreto,
no volverá a ser la paz
y, por el sabor de tus besos,
que perezca el tiempo
tan extraño es el amor a la muerte
como extraño tu cuerpo a mi vientre.
(7)
Ni la penumbra y el deseo,
ni el alba aun durmiente serán pretexto
no lo será el albur de la carne
ni el acoso incesante del fin
ni el placer gemido o el dolor vertiente serán acerbos
ni a qué sepan los peces rojos que enmarcan tus fauces
mientras se ahogan en la sangre del instante y la tibieza
ni bastará el anhelo franco
ni será pródigo el deseo
de vivir la dicha
del morir del desvelo.
(8)
Ni las páginas o el suplicio
ni los versos perpetuamente incompletos o el vacío tiempo
de la soledad acompañada, ni el sorteo de caricias
serán favor o sueño de dioses
y no estarás tu
ni nosotros estaremos
crecerá hasta el fin
este interminable desierto de agrias sales
que lluevan sobre el nido
ni el dolor de la costumbre sanará
el discordante placer del gusto escaso
de tenerte ahora y nunca
ahora,
en la angostura del presente precipicio.
(9)
Ni el ápice del reflejo de esa vela,
en el vaporoso empañado del jardín olvidado
en las afueras del mundo de la intimidad
del castillo blanco danzante.
Ni el creciente infierno debajo,
ni el fatídico encuentro de las manos luego,
ni el pacto en la guerra inminente
ni las sonrisas desfiguradas en la estampida ardiente
ni el templo imaginario
donde nos adoremos como divinos.
(10)
Ni una legua despoblada de humanidad agonizante
ni una huella en la húmeda sal arenosa
del recuerdo desierto de bestias
de espejos,
sólo el soplo del aliento cálido
del aliento entreversado
suspendiéndose para amar todo
en la desidia de olvidarlo
sólo para amar.
Ni la luz tenue del silencio matinal,
ni la brevísima humedad del rocío,
ni las piedras blancas del hogar
eclipsarán apenas la nimiedad del suceso
de tus ojos despertando
y de tu sueño muriente.
(11)
Ni el temblar de los cerros
ni el caudal violento del arroyo
avergonzarán tu desnudez blanca y demandante.
Ni el sonido de las luces doblándose en el viento
ni el anónimo espectro
de ocultarme en tu cabello
serán gracia mas magnífica
que una sola uña de tus dedos
escribiendo poemas mudos en la carne de mi pecho.
Nazareno Farias
Café Literario del Jueves 10 de Mayo de 2012, en Quo Vadis Café, Sarmiento 341 (Al lado de Tribunales), Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue La pasión y coordino Elena de Mattos
Organiza Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento