De las ramas ya marchitas de tus venas,
que en otros tiempos ostentabas rumorosas,
se alejan triste las aves que acunaste,
cubriendo tu vida de sombras silenciosas.
Tu Imperio de Selvas y de Soles, ha caído,
y rota tu lanza no señala ya senderos,
un río de llanto te recorre alma adentro,
mientras mueres altivo, como mueren los guerreros.
Señor de la flecha y de la lanza,
de la sabana infinita, sin fronteras,
de los montes de silencio y su misterio,
de la fauna levantisca y altanera.
Hermano del chajá y de la corzuela,
del puma, la garza y el boyero,
del tatú, la calandria y la torcaza,
y del eterno guardián de los esteros.
Dueño de la tierra y de los vientos,
de esa Libertad nunca aprendida.
Hoy arrastras en silencio la derrota,
y el dolor de tu raza ya vencida...
Se apagan tus ojos lentamente,
Titán moreno del Reino de Gualamba.
Quiera Dios, que en el Cielo, cuando vayas
otro Chaco te acune en sus entrañas !!!
Américo Ibán Calderón, Córdoba Capital, Argentina