CONTRABANDISTA DE AMOR
Aprovechando,
que tenía en el alma una tristeza inmensa,
fuiste tú, negra,
contrabandista de amor
que me obligaste a viajar por toda tu
geografía,
improvisando rutas,
y nos fuimos navegando
como los negros cautivos que desconocían
su destino en alta mar,
como fenicios ebrios, sin brújulas,
en una embarcación que solo interpretaba
el lenguaje de los vientos enfurecidos.
Yo, me aferré a los remos de tu sexo,
y remaba impacientemente
la enigmática nave, que frágil se deslizaba
sobre las aguas de un mar ignoto,
y así nos fuimos alejando de mi isla,
salvajemente, como hechizados por el
perfume
inconfundible de los amantes griegos,
con alocados instintos de tonos fuertes,
y con la misma firmeza y la esperanza
de llegar a puerto
o deseoso que nuestra embarcación
no llegue nunca.
Luis Orlando Tenorio Cuero
Esmeraldas – Ecuador