Sentada en la niñez,
ella dibuja con su sangre en el polvo.
Ahí gotean las tardes,
las risas que se fueron.
Las ovejas cuidan su insolación
su insuave vida
su insegura tristeza
su rastro de pastora
perdida por los talas
perdida por las tardes
perdida por la infancia.
La sangre gotea
y ella le hace acequias rojas
con un índice,
que no acusa a nadie.
Aun con sangre
Ella dibuja su mañana.
El camino entalcado
la regresa a la tarde
en procesión de ovejas
por los talas
con menos sangre
y casi nada
de infancia.