Camino de las formas.
Pincel a cuestas me aventuro
por un paisaje largo
como un remero inmenso
y ausculto la ronda de los niños
los álamos que arden en setiembre
y tus pasos que susurran en la arena
cuentos de viejas y aletear de sueños.
Camino de las formas y los mitos
hacia el hogar
en calos de palabras y de afectos.
Caminar, camino
con el vacío de un vaso entre las manos
con el estallido del en mi guitarra
y terrón arriba, como un hueso desteñido
siento los dedos del viento astillando una
pregunta:
adónde irán los pájaros en enero
que inauguran lloviznas de sandalias
y navegan en ríos de colores
y son ágiles y leves como lirios
que se inclinan al soplo del silencio.
Volver, vuelven con la cruz del sur en la
mirada
y el refugio anterior en cada trino.
Son como el dolor de las despedidas. Vuelven.
Caminar, camino con las formas y los mitos
con pasos borrachos de poemas
y un alcohol de más en la palabra.
Rafael Horacio López