para mirarte adentro.
Veo tu dimensión nasal,
tu olfato ciudadano;
tu silencio
poblado de proyectos;
tu andar batiendo vientos.
Eso es lo que queremos
los que queremos.
Que nos regalen tiempo.
Y tú que lo fabricas
cuando todos se duermen en el pueblo,
regálame el ala de tu sangre;
tu estructura alamosa de cemento.
Tu corazón de remos navegantes.
Tu fábrica de tiempo.
Jorge Najle, de El fuego todavía 1985