En susurros, el viento dice
que aquel tiempo aunque mágico,
no regresará.
En el cristal de mi ventana,
tu rostro y el mío sonrientes están,
y desnudos, para la caricia de la brisa del mar;
enlazadas nuestras manos
caminábamos;
caminábamos en silencio para sentirnos más…
En este mismo silencio, tan fiel…
aunque en susurros, el viento me diga
que tú ya no estás
Rocío Cardoso Arias, Montevideo, Uruguay