¿Hoy te saludo con una ballesta cargada
de furia o un lanzallamas de aborrecimiento?
¿Dónde te escondes,
A dónde huyen tus pasos ladrón de sagrarios?
¿Qué madriguera refugia tu aversión a la luz, a los resplandores?
¿Qué trampa elaboras para disfrazarte de ángel o asesino?
Te extraño de los bulbos capilares hasta nudillos,
¿Comprendes?
Te extraño mordiéndome las uñas,
Retorciendo pañuelos.
¿Cuándo vendrás con tu capa de héroe a rebanar mi garganta,
A poner en duda con un alfiler esta mirada?
Tengo deseos de llamarte:
Jamás, nunca, imposible,
Pretérito pluscuamperfecto.
Apareces infante pesadilla de sabandijas
entrando por las yemas de mis dedos,
Rata royendo la pulpa de mi corazón; ebrio de nupcias y remiendos.
Tengo ganas de viajarte sangre adentro,
Desplumar tus colibríes, adelgazar tus leucocitos.
Buscar algo semejante o parecido,
Algo que pudiese lastimar tu impúdica indolencia
que hurga heridas azules hasta volverlas amarillas.
Juro que te quiero como un zarpazo de pantera,
Sádica, juguetona, inocente.
Paranoica, embaucada hasta los tuétanos.
¿Cómo es posible que me niegues el vástago de tu costilla
y me arrojes a la nieve ante ávidas jaurías?
Y yo con mi cazafantasmas al borde de tus párpados,
En el quicio de tu sueño.
Yo con un hato gigantesco de magnolias remedando
tus depresiones endógenas.
Yo costureando tu alma,
Apacentando tus fiebres, lavándote la sangre.
¿En qué momento me dirás amada
o maldita puta?
¿Cuándo estrellarás contra el muro ruiseñores?
Mira que se hace tarde,
Tarde la tarde de esta tarde.
Mira que te dije –amor mío-
Y algo como una gotera comenzó a vaciarse en algún sitio,
De esta tarde; Ya muy tarde.Wilma Borchers, Concepción, Chile
