A los chicos que roban matan y se drogan
sin que hayamos hecho lo necesario para salvarlos
en la esquina del miedo aguarda el odio
con dientes afilados y esquirlas de rencores
para llenar las tripas de los chicos del hambre
con mendrugos de ira
con gajos de despecho
con rodajas de furia
descalzos de caricias van tejiendo amarguras
en la negra maraña de sus cuencas vacías
transitan como huérfanos pájaros del alba
por senderos de ausencia desolada
por ásperos abismos de soledades trágicas
donde reza prohibido sonreír
saben que para ellos los días se abren paso
por caminos de barro hacia un ocaso adverso
y detenerse al borde
es destino de flores que crecen para abajo
en el campo minado de puertas clausuradas
donde una vez golpeara la miseria
se estalló la tristeza empozada en el odio
de no tener siquiera un pedazo de espanto
los fusiles apuntan sus ansias sofocadas
las débiles trincheras no defienden del ácido
que se agazapa presto para atrapar la presa
ya acostumbrada al crimen al dolor y a la rabia
saben que no hay retorno
saben que siempre es tarde
cuando se vuelve y no se encuentra nada
en qué curva siniestra se perdieron los ángeles
ÁLIDA JORJA ALLOCCO
(Las Varillas - Córdoba)