Me atropella el desvelo
de tu asfalto cansado
tu manso quejido
de resignado camino
de país resumido.
Me aturde tu ronroneo,
de esquina concurrida y conversada
de vecinas con rumores de escoba
y goznes que crujen
desde los umbrales apasionados,
donde el ayer dejó la puerta abierta
para que vuelvan
los fantasmas de tu historia
tantas veces despedida
por la estridencia de un progreso
que nunca te conquista.
Camino sobre tus leyendas
profanando antiguos pasos,
mi patria cotidiana
con reloj y con lago.
Claudia Tejeda, Alta Gracia, Córdoba, Argentina