He gastado un hoy más
en la esquiva
vigencia del asombro.
Cada palabra
desmenbrada en el aire,
cada pulso,
cada roce,
cada encuentro,
se escurrió por las grietas impacientes.
¿En qué rincón se apilan
las cosas
y los rostros usados?
Marta Oviedo, Río Cuarto, Córdoba, Argentina