Háblame aún de la esperanza,
de la palabra amor,
que como ráfaga,
va cubriendo los siglos y los días,
de frustradas montañas de cadáveres.
Revisa el corazón
ese órgano indexado
por el sistema que lo modifica,
lo transforma, lo muele, lo reemplaza,
y con voluminosos informes lo justifica.
Háblame de las palabras de todos
los que fueron glosectomizados.
De los riñones, de las vejigas, los pulmones;
de todos los órganos,
que serán el festín de los gusanos.
Cuéntame, por fin,
de las células que emiten el amor.
De los hijos del pan de la ternura.
¿Nada podrá cambiar la Poesía?
¿Nada podrá hacer contra la Muerte?
Pero te pido, amor, que hablemos de mañana.
De este siglo, ni hablemos.
Jorge Najle de El fuego Todavía 1985